Los lácteos son un alimento muy común en la cocina, pero no todo el mundo puede o quiere consumirlos. Puede ser por intolerancias, alergias, problemas de salud o simplemente por preferencias personales. Afortunadamente, existen muchos alternativas para sustituir los lácteos en nuestros platos sin perder sabor o textura.
La leche es uno de los productos lácteos más utilizados en la cocina. Pero si necesitas evitarla por cualquier razón, tienes varias opciones disponibles. Una de ellas es la leche vegetal, que puede ser de soja, almendra, arroz, avena, entre otras. Estas leches tienen diferente sabor y textura, así que es importante probar varias marcas y elegir la que más te gusta para cada receta.
También puedes utilizar leche de coco en algunas recetas, especialmente en platos asiáticos o caribeños. Tiene un sabor distinto al de las leches vegetales y una textura más gruesa.
El queso es otro de los alimentos lácteos más utilizados en la cocina. Pero si necesitas evitarlo, no te preocupes, hay opciones. Existen quesos veganos elaborados a partir de ingredientes como la soja, el anacardo o el tofu. Estos quesos pueden fundirse, rallarse y utilizarse en platos como pizzas, gratinados o bocadillos.
También puedes usar levadura nutricional, un producto en polvo que se parece al queso rallado y tiene un sabor ligeramente salado y a nuez. Es muy rico en proteínas y vitaminas y se puede agregar a cualquier plato que necesite un poco de sabor a queso.
La mantequilla puede ser sustituida por margarina vegetal, aceite de coco o aceite de oliva en algunas recetas. Es importante recordar que estos sustitutos tienen diferentes propiedades y sabores, así que debes elegir el adecuado para la receta que estás haciendo.
La nata o crema puede sustituirse por nata vegetal o crema de soja. Estos productos tienen una textura similar a la de la nata y se pueden montar como esta para hacer chantilly. También se pueden utilizar en sopas, salsas o para hacer postres.
Como puedes ver, hay muchas alternativas para sustituir los lácteos en tus platos favoritos. Solo necesitas experimentar un poco para encontrar los productos que más te gusten y las formas en que puedes usarlos. No tienes que sacrificar sabor o textura, solo necesitas ser creativo y probar nuevas cosas.